JAMES CARR: You Got My Mind Messed Up (Goldwax, 1967)
Cuenta la leyenda que tres chicos se acercaron a la puerta de la casa de Quinton Claunch, fundador de Goldwax Records, hacia las diez de la noche. Eran O.V. Wright, Roosvelt Jamison y James Carr. Llevaban un reproductor encima con unas demos que habían grabado. Él les invitó a pasar y, una vez terminada la audición, empezó a preparar los contratos totalmente atónito por lo que acababa de escuchar. Nada de agendas, nada de citas y ninguna formalidad. A las maneras del viejo sur. Una buena sonrisa y un buen apretón de manos siempre fueron el mejor de los contratos.
Era 1964 y empezaba la época dorada de Goldwax con dos de las figuras más importantes del soul sureño en sus filas. James estuvo en la discográfica hasta su disolución, pero O.V Wright pronto siguió otros derroteros. James Carr era un hombre silencioso, taciturno y extremadamente reservado, con un mundo interior complejo y prácticamente impenetrable. Nunca supo leer ni escribir.
Nació en Coahoma en 1942 cerca de Clarksdale, pero a los tres años se mudó a Memphis. Su padre era un predicador baptista y desde que tuvo uso de razón cantó en los coros gospel donde su padre predicaba. Ya de joven ingresó en el grupo Harmony Echoes donde también coincidió con O.V. Wright y de la mano de su mentor, manager y amigo, Roosvelt Jamison, hizo el tránsito a la música secular. Su personalidad triste e insegura iba acompañada de su falta de ambición, pero los que lo oían cantar sabían que era una gema sin pulir tocada por la gracia de dios y con un talento innato indescriptible.
(El resto del artículo se puede leer en el libro Espíritus en la oscuridad. Viaje a la era soul de Andreu Cunill, publicado por la editorial 66 rpm).