BETTIE EVERETT: There’ll Come a Time (Uni Records, 1969)
La competencia en la ciudad de Chicago era dura. Había una gran cantidad de talento circulando libremente por el Record Row en busca de una oportunidad. No era tarea fácil lograr firmar un contrato, ni mucho menos llegar a tener un éxito. Muchos desfallecían antes de conseguirlo y algunos afortunados grababan algún tema antes de abandonar, desolados ante la dificultad de alcanzar un poco de reconocimiento.
Betty Everett fue una de las artistas que luchó por hacerse un nombre en la ciudad y nunca abandonó hasta conseguirlo y a día de hoy es recordada como una de las grandes soul divas que dio el sonido Chicago. Siempre estuvo con los más grandes y su voz resplandeció en algunos de sus mejores estudios. Fue una de tantas mujeres que decidieron emprender un viaje de sur a norte en busca de alguna oportunidad. Había nacido en Greenwood, Misisipi en el año 39. Fue criada con una educación profundamente católica y aprendió a cantar y a tocar el piano en la iglesia baptista Jones Chapel.
A finales de los años 50 decidió marcharse a Chicago en busca de una oportunidad, consciente de que su voz tenía un talento especial que sobresalía sobre la media. Un día, presenciando un concierto de Magic Sam en el Mel’s Hideway, fue invitada a cantar y el propietario del club, impresionado por su voz; le ofreció una residencia. Durante una de sus actuaciones fue descubierta por Eli Toscano, dueño de Cobra Records, uno de los más míticos sellos de blues de la ciudad.
(El resto del artículo se puede leer en el libro Espíritus en la oscuridad. Viaje a la era soul de Andreu Cunill, publicado por la editorial 66 rpm).
Viaje a la era soul 